martes, 18 de agosto de 2009

LIBROS Y VENTAS MILLONARIAS

Imagen: Viñeta de Forges publicada en 'elpaís.com'
Es un tema siempre controvertido, porque también el mundo de los libros se mueve en un precario equilibrio entre el hecho de la creación literaria y la libertad consiguiente del creador, y la rentabilidad que las editoriales han de obtener para mantenerse en el mercado. Evidentemente, un escritor al afrontar su obra, puede elegir entre la necesidad de ser reconocido y la del enclaustramiento. Pero aunque ambos mundos se consideren opuestos, en realidad se complementan y necesitan.
Siempre es un misterio la razón por la que un libro se convierte en un éxito de ventas instantáneo. ¿Eso lo convierte automáticamente en un best seller, o es este un género que tiene sus propias reglas literarias, que carecen generalmente de excelencia narrativa? Resulta innegable que desde algunos sectores que se consideran a sí mismos más intelectualizados, se repudia el género y se menosprecia claramente a sus autores, que por otra parte no paran de tener ventas multimillonarias.
Pareciera una solemne estupidez rechazar por principio un libro que arrase en el mercado. Para hablar de algo es obligatorio conocerlo, cuanto más cuando lo que hacemos es criticarlo. No existe a priori una receta milagrosa para explicar un éxito de ventas, porque además a veces la calidad no está reñida con el éxito...
De todas maneras, pueden hacerse algunas consideraciones que definan un proyecto de best seller. A saber:
· El planteamiento suele ser ideológicamente conservador, nada complicado y bastante esquematizado. La historia está plagada de buenos muy buenos y malos malísimos, casi siempre enfrentados en una lucha más bien plana y uniforme.
· Los personajes son bosquejos y si los analizamos, apenas hay profundidad en las motivaciones que les impulsan.
· El hilo argumental está pensado ‘para enganchar’ al lector. A medida que avanza la historia, se van sembrando enigmas. Si se hace bien, al final de cada capítulo siempre habrá una duda que resolver, como el clásico ‘continuará’ de los seriales.
· El conjunto obliga a lector a descifrar las tramas y sub-tramas propuestas, lo que acaba por enganchar hasta la sorpresa final.

Hasta aquí vamos bien... Pero ¿y la calidad? Esa es otra cuestión. Porque la calidad de una novela no es cuantificable sólo por sus ventas, el impacto mediático, o el grado de entretenimiento que brinda a sus lectores. Mucho más importante que todo eso es el riesgo que comporta su lectura, la profundidad de su planteamiento, las reflexiones que genera y la capacidad de remover sentimientos...
En resumen: Pensar que una novela es buena porque todo el mundo pueda leerla es una insensatez, pero también lo es dogmatizar su calidad en base a ese hecho. Y al final lo que vale es que la gente lea, porque vender libros también es un negocio, del que se alimentan los escritores más leídos, pero también los minoritarios.

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