Comenzaron las obras. Lo que al principio parecía una mera pretensión idealista comienza a hacerse realidad. Está ocurriendo en la isla de El Hierro, que sigue apostando por alternativas ecológicas y racionales. Recordemos que la isla ha sido declarada Reserva de la Biosfera, un sello de distinción que se le ha otorgado por la especial conservación de su riqueza medioambiental y cultural, así como por tener en cuenta estos dos factores para contribuir al progreso y desarrollo de sus habitantes.
Afortunadamente los herreños lo tienen claro. En ese sentido, el Cabildo, la entidad que gobierna la isla, aprobó en 1997 un novedoso y espectacular Plan de Sostenibilidad que aspiraba a convertirla en un lugar autoabastecido con energías limpias, iniciativa aplaudida por la propia Unión Europea, pero que fue recibida con ironía desde algunos sectores económicos.
La idea no quedó en saco roto. Se plasmó poco después en el proyecto denominado ‘Central Hidroeólica de El Hierro’, firmado por el propio Cabildo, la compañía UNELCO y el Instituto Tecnológico de Canarias: El objetivo era conseguir que la isla fuese la primera en el mundo con ese tamaño capaz de autoabastecerse de energía eléctrica por medio de fuentes totalmente renovables, combinando la fuerza del viento y el agua mediante la acción conjunta de aerogeneradores, turbinas hidráulicas y equipos de bombeos que se instalarían en la nueva central.
Quedaba pendiente la manera de financiar un proyecto tan novedoso, en el que se ha logrado que participe capital público canario, español y europeo. Por fin, ayer el sueño comenzó a hacerse realidad, comenzando los trabajos de ejecución de la obra denominada Depósito Superior de la Central Hidroeólica, cuyo plazo de ejecución será de 15 meses.
Cuando esté acabada, la Central estará compuesta por dos depósitos de agua: Uno inferior con capacidad para 225.000 metros cúbicos y otro depósito superior, aprovechando una caldera volcánica natural, con una capacidad para 500.000 metros cúbicos; un parque eólico de 10 MW; una central hidroeléctrica de 10 MW con un salto neto de 682 metros; una central de bombeo; y una central de motores diesel ya existente la cual entraría en funcionamiento en casos excepcionales de emergencia en los que no hubiera ni agua ni viento suficientes para cubrir la demanda.
Se trata de un proyecto de alta innovación tecnológica y ejemplarizante, que permitirá poner en práctica un modelo único de gestión energética integrada hidroeléctrica-eólica. El impacto ha sido tal, que multitud de empresas y particulares de todo el mundo han viajado a El Hierro para interesarse por el proyecto. Para los que un día nos enamoramos de la isla, es un motivo más que alienta la esperanza de que siga siendo un Paraíso.
Afortunadamente los herreños lo tienen claro. En ese sentido, el Cabildo, la entidad que gobierna la isla, aprobó en 1997 un novedoso y espectacular Plan de Sostenibilidad que aspiraba a convertirla en un lugar autoabastecido con energías limpias, iniciativa aplaudida por la propia Unión Europea, pero que fue recibida con ironía desde algunos sectores económicos.
La idea no quedó en saco roto. Se plasmó poco después en el proyecto denominado ‘Central Hidroeólica de El Hierro’, firmado por el propio Cabildo, la compañía UNELCO y el Instituto Tecnológico de Canarias: El objetivo era conseguir que la isla fuese la primera en el mundo con ese tamaño capaz de autoabastecerse de energía eléctrica por medio de fuentes totalmente renovables, combinando la fuerza del viento y el agua mediante la acción conjunta de aerogeneradores, turbinas hidráulicas y equipos de bombeos que se instalarían en la nueva central.
Quedaba pendiente la manera de financiar un proyecto tan novedoso, en el que se ha logrado que participe capital público canario, español y europeo. Por fin, ayer el sueño comenzó a hacerse realidad, comenzando los trabajos de ejecución de la obra denominada Depósito Superior de la Central Hidroeólica, cuyo plazo de ejecución será de 15 meses.
Cuando esté acabada, la Central estará compuesta por dos depósitos de agua: Uno inferior con capacidad para 225.000 metros cúbicos y otro depósito superior, aprovechando una caldera volcánica natural, con una capacidad para 500.000 metros cúbicos; un parque eólico de 10 MW; una central hidroeléctrica de 10 MW con un salto neto de 682 metros; una central de bombeo; y una central de motores diesel ya existente la cual entraría en funcionamiento en casos excepcionales de emergencia en los que no hubiera ni agua ni viento suficientes para cubrir la demanda.
Se trata de un proyecto de alta innovación tecnológica y ejemplarizante, que permitirá poner en práctica un modelo único de gestión energética integrada hidroeléctrica-eólica. El impacto ha sido tal, que multitud de empresas y particulares de todo el mundo han viajado a El Hierro para interesarse por el proyecto. Para los que un día nos enamoramos de la isla, es un motivo más que alienta la esperanza de que siga siendo un Paraíso.
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