sábado, 25 de julio de 2009

LA GRAN INCÓGNITA


Quería verte inocente,
al igual que un recuerdo de la infancia,
que llegaras dulce,
envuelta en susurros,
y desplegaras tu mensaje
como una declaración de amor y justicia.


Pero sólo te encuentro en noticias
que hablan de disputas, batallas,
pueblos apagándose,
pájaros a los que el viento y la lluvia
les desgajan de un golpe
el trino entre las ramas.


Pensé que vendrías contenta,
perfumando el aire y las paredes,
flotando sobre el limpio reino
del hombre en el planeta.
Pero la bruma que te envuelve
habla de odio y negocios sucios,
que te arrancaron de cuajo
tus hermosas cualidades.

Dicen que en el transcurrir de los exilios
te empalidecieron la faz y el saludo,
y profanaron tu mensaje;
que te hirieron la piel con las picanas
y quisieron borrarte el significado
de todos los modos y maneras.
Algunos bombardearon tus ganas de crecer,
otros simplemente se inmolan
dejando un rastro de sangre en tu nombre.

Pero hubo muchos que estuvieron a tu lado
y las celdas no han podido impedir
evitar que la ternura
también haga de las suyas.
A veces eras gritos de lágrimas
para limpiar el mundo de humo y cenizas:
Hablaban de amor y no de guerras,
entonaban la victoria de los sueños,
y cual Ave Fénix renaces siempre
como lo más amado de los hombres.

Esa es la esperanza:
que llegues cantando con los vientos
perfumando la risa de los niños,
que vivas en las caricias de una pareja
amansando el amor sobre la hierba,
en la melodía de la lluvia
golpeando con fuerza los tejados,
en el color del sol en los días limpios,
en las calles, dichosa,
despejando todas las incógnitas,
alzando manos blancas al cielo del futuro,
como una declaración de amor
a un tiempo limpio sobre la tierra.

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