jueves, 18 de junio de 2009

GRITO


Haciendo recuentos,
esperando olvidos.
Viviendo las tinieblas,
recordando relámpagos,
el ansia vívida de la luz.
Alimentando lágrimas,
el grito desgarrado,
el alarido atroz,
el aullido terrible
de los desesperados.
El hambre como vivencia,
el hábito del llanto
a la sombra de las estrellas.
El barro hecho lamento,
vivos en la injusticia
sin aparente presente,
traicionados, vendidos
al poder más miserable.
Crepitando en el fogón
de los sueños postergados,
con preguntas eternas
que nunca se responden.
Es mi hermano, el hombre,
con su pena universal
cargada en la espalda,
conjunto de sueños
hechos cenizas,
resistiendo en la tierra
de la noche,
como un árbol al pié
de la tormenta.
Al descubierto, insomne,
grito terminal y dolorido,
lleno de rabia desplomada,
grito de todos,
en la palabra, en un poema
rodando por las calles
a sangre y fuego,
capaz aún de amar
y soñar la paz y la concordia.

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