martes, 2 de junio de 2009

FANTASÍAS


La realidad es que La Bruja sueña con ser un ama de casa con los rulos puestos y una paella que ha de terminar para cuando llegue el marido...
La realidad es que El Príncipe Azul sueña con ser un funcionario detrás de su ventanilla, que combate sus frustraciones tratando al público como si les estuviera haciendo un favor.
La realidad es que El Hada Madrina sueña que es una discreta dependienta en un pueblo pequeño, a la vez que amante imprudente de un hombre casado...
La realidad es que El Viejo Dragón sueña con la partida de dominó de las tardes, mientras consume su vasito de vino tinto antes de la vuelta a casa...
La realidad es que cada mañana, cada uno de ellos se despierta con la triste conciencia de quien se sabe preso en un mundo que nunca hará realidad sus fantasías.

2 comentarios:

Alba dijo...

¿Y cuando llegamos a esos niveles en que el impulso para el cambio se convierte en imparable?... no hay poder en esa realidad que desvíe el camino. A veces solo hay miedo

Pacogor dijo...

Siempre es el miedo:
A nivel individual porque nos paraliza, y preferimos la seguridad de la miseria que tenemos a la incógnita del riesgo que significa lo desconocido.
En cuanto a la colectividad... El Poder, así, con mayúscula, es siempre refractario a los cambios y fomenta nuestros temores más ancestrales para conseguir sus objetivos.