domingo, 31 de mayo de 2009


El amor es arte antiguo,
y un profundo misterio
siempre vigente,
radicalmente actual,
palpitando lleno de vida
entre nosotros.
Amar significa hacerlo
de pies a cabeza,
utilizando todos los sentidos,
en una espiral sin fin,
que puede prolongarse
más allá de la muerte.
No hay lugar más perfecto
que unos brazos abiertos,
prestos a ceñir
otro cuerpo que palpita.
No hay música más bella
que el silencio de dos cuerpos
refugiados en un abrazo.
Lo imposible se transforma
en realidad dormida
mientras el tiempo se detiene,
siempre eterno en ese instante
en que se abraza la vida,
y que compendia
hasta el aliento de los huesos
que perseveran juntos
tras cinco o seis mil años
de tránsito hacia la ternura...



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