lunes, 30 de marzo de 2009

REVOLUCIÓN


El término revolución es sinónimo
de abrazo de mujer
y manos alzadas en la calle.
Confiarme al amor
es como entregarme al pueblo:
ambos forman parte de mis ideales,
por ellos respiro
y con ellos quiero estar
en el camino hacia la liberación.
Por ellos entregaría la vida,
a ciegas y cuajado de aliento moral,
componiendo un amor comprometido
en la causa de los desheredados,
tierno como cualquier hecho solidario.
Con el pueblo estaría en la barricada
donde la libertad se forja,
contigo estaría en tu cuerpo,
el lugar donde mi alma te sueña.
Pero en ti mi corazón está dispuesto
incluso a la traición si fuera necesario,
pues se inclinaría a indultarte
aunque no le fueras fiel a la causa
y al cariño que se supone
que habrías de profesarme.
Nunca sería capaz de condenarte,
pues la única sentencia posible
es la de recorrer las sendas
del deber, la amistad, la conciencia,
el perdón y el progreso:
Esa ha de ser mi revolución,
pues no reconozco ninguna otra
que valga realmente la pena.

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