sábado, 14 de marzo de 2009

EN LA AUTOPISTA


Mientras conduzco,
veo un perro que agoniza
en medio de la autopista.
Me da tiempo
de encontrar sus ojos,
que miran por última vez
llenos de espanto,
el mundo desde donde le miramos.
Le ha tocado a él,
pero podría haber sido cualquiera:
Perros y humanos
mueren a mansalva
en cada insignificante minuto
de este mundo creado
a mayor gloria de los hombres.
Mientras,
los que logramos sobrevivir
seguimos adelante
indiferentes a las tragedias,
ajenos a las trampas
en que caen todos los seres vivos,
de las que sólo nosotros
somos culpables.

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