lunes, 2 de marzo de 2009

COMO LOS ALISIOS


Llegaste con el aire
que canta en las palmeras,
practicando la frescura
de los vientos alisios.
Te transformaste
en la brisa balsámica
que cura mis heridas,
cruza la inmensidad
de los océanos que me circundan
y conoce como nadie mi orilla.
Tus manos
me envuelven en seda
con su tacto invisible,
que mece las penas
hasta dejarlas en paz,
quietas, calmadas ,
consiguiendo con su magia
que no duelan.
Eres profunda sal del aire,
impulso sostenido
que tiene el poder
de cambiar realidades
sin saber de encierros,
siempre libre y fresca
como el mar en mi cuerpo,
horizonte de aromas,
soplo de mil silencios
que graban para la posteridad
las caracolas.

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