domingo, 18 de enero de 2009

REMANSOS DE PAZ


El viento, la lluvia.
No sé...
Quizás tu corazón
dolorido.
Si algo te deshace el semblante,
siéntate conmigo,
para dibujarlo de nuevo,
recuperes los sueños
de cien noches,
y la sonrisa que dejó de ser
lo que era.
Amanecerá
mientras te alegras
minuto a minuto,
luz a luz,
en soplos de realismo
leves y puros.
No te engañes:
no soy un ejemplo,
ni nada significativo.
Te defraudaré a veces
como lo hago conmigo mismo,
pero quiero
ofrecerte el milagro
de calmar tormentas,
y crear remansos de paz
en el corazón y la razón.

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