El viento, la lluvia.
No sé...
Quizás tu corazón
dolorido.
Si algo te deshace el semblante,
siéntate conmigo,
para dibujarlo de nuevo,
recuperes los sueños
de cien noches,
y la sonrisa que dejó de ser
lo que era.
Amanecerá
mientras te alegras
minuto a minuto,
luz a luz,
en soplos de realismo
leves y puros.
No te engañes:
no soy un ejemplo,
ni nada significativo.
Te defraudaré a veces
como lo hago conmigo mismo,
pero quiero
ofrecerte el milagro
de calmar tormentas,
y crear remansos de paz
en el corazón y la razón.
No sé...
Quizás tu corazón
dolorido.
Si algo te deshace el semblante,
siéntate conmigo,
para dibujarlo de nuevo,
recuperes los sueños
de cien noches,
y la sonrisa que dejó de ser
lo que era.
Amanecerá
mientras te alegras
minuto a minuto,
luz a luz,
en soplos de realismo
leves y puros.
No te engañes:
no soy un ejemplo,
ni nada significativo.
Te defraudaré a veces
como lo hago conmigo mismo,
pero quiero
ofrecerte el milagro
de calmar tormentas,
y crear remansos de paz
en el corazón y la razón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario