miércoles, 10 de diciembre de 2008

UN POEMA QUE PASÓ A LA HISTORIA


Cuando los nazis vinieron a por los comunistas,
guardé silencio,
porque yo no era comunista.
Cuando encarcelaron a los socialdemócratas,
guardé silencio,
porque yo no era socialdemócrata.
Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas,
no protesté,
porque yo no era sindicalista.
Cuando vinieron a buscar a los judíos,
no protesté,
porque yo no era judío.
Cuando vinieron a buscarme,
no había nadie más que pudiera protestar.

Martin Niemoller, 1939



Hay dos cuestiones a destacar en esta maravilla de poema:
La primera es un gravísimo error histórico, porque muchos se lo han atribuido erróneamente a Bertolt Brecht.
Y en segundo lugar, nos enseña la necesidad y exigencia del compromiso social: Mirar hacia otro lado es colaborar con el mal. Esta máxima sigue siendo de plena y absoluta vigencia, en un mundo que olvida fácilmente su propia historia.

El verdadero autor, Martin Niemoller, había sido condecorado en la Primera Guerra Mundial como oficial alemán de submarinos. Aunque no se opuso en principio a la llegada al poder del nazismo, pronto desde su púlpito de Pastor Luterano mostró su oposición, lo que le llevó primero a la cárcel, y luego a los campos de concentración de Sachsenhausen y Dachau. Después de ser liberado fue nombrado Presidente del Concilio Mundial de Iglesias Protestantes. Curiosamente, hizo público el poema en forma de reflexión durante el discurso de aceptación del cargo. En 1967 recibió el premio Lenin de la Paz, en 1971 la Cruz Alemana al Mérito. Y hasta el 6 de marzo de 1984 en que falleció en Wiesbaden a los 92 años, fue un activo militante pacifista.

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