miércoles, 3 de diciembre de 2008

MANOS


Tus manos ya no están,
fueron construidas
con el material efímero
de los cometas.
De día aún se perfilan
como árboles
al borde de los caminos.
Y cuando caída la noche
se abren las puertas
al descanso tan ansiado,
me acompañan en la tristeza
que precede al sueño.
Luego,
las dos manos que se fueron
se abren como mariposas
cuando cierro los ojos:
Ojalá pudieran
suicidarse los recuerdos.

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