domingo, 21 de diciembre de 2008

TENERIFE, ESCALA DE LA TORTURA

Imagen: Un Golfstream IV similar a los utilizados para los traslados
Daniel Millet es uno de mis periodistas canarios preferidos. Sus informes relacionados con temas de derechos humanos siempre resultan sumamente significativos. Desde hace tiempo ha venido haciendo un especial seguimiento al tema de los vuelos secretos de la CIA, con el fin de trasladar a personas secuestradas ilegalmente por ser sospechosas de terrorismo hasta cárceles en terceros países donde la practica de la tortura es un hecho cotidiano. Ahora mismo se debate si las escalas comprobadas que esos vuelos hicieron en territorio español se realizaron con las correspondientes autorizaciones de los gobiernos de turno. El diario 'el país' ha hecho públicos documentos que corroboran que el gobierno de Aznar no tuvo reparos en colaborar, y que antes de dejar el poder se intentó borrar cualquier vestigio que diera fe de ello. Pero también hay serias sospechas de que han habido casos parecidos durante la primera legislatura de Zapatero.

Los hechos son tan graves que estremecen sólo de pensarlo: Que gobiernos supuestamente democráticos colaboren activa o pasivamente en episodios que dieron pie al secuestro de ciudadanos que no han recibido acusación formal alguna, y que acabaron en malos tratos y torturas generalizadas es una muestra más de que vivimos en una sociedad enferma. Los responsables son un cáncer para la democracia: Para empezar, su dimisión es ineludible. Después, habrían de ser los tribunales los que decidieran... Personalmente, para alguien que desarrolla su trabajo en uno de estos aeropuertos, resulta especialmente repugnante la sola idea de haber podido estar al lado de uno de estos aviones sin saber lo que significaban.

He aquí el informe, publicado hoy mismo en la edición digital del diario 'La opinión de Tenerife'. Se comenta por si solo:

"Los tres hombres se acercaron con sus máscaras negras. Me golpearon en el estómago. Iba a vomitar, pero a continuación me dieron patadas por todo el cuerpo. Me maltrataron toda la noche. Me colapsé; mis manos estaban muertas. Uno de ellos agarró mi pene y lo cortó con una cuchilla de afeitar. Entré en agonía; lloraba, gritaba... Había sangre por todos lados. Me cortaron todo el pene y luego me dijeron que me vendría bien. Durante el traslado al avión, seis hombres iban a mi alrededor, vestidos todos de negro. Todo fue muy rápido. Recuerdo que llevaba un chándal azul oscuro. Estaba totalmente sujeto por una maleta que me atrapaba. Mis manos estaban fuertemente atadas a un cinturón. Al conducirme tan rápido del vehículo al avión, los grilletes de hierro de los tobillos me hacían mucho daño. Durante el vuelo, me pusieron dos inyecciones, una en un brazo y la segunda en el otro. Me tiraron al suelo; estaba totalmente maniatado. Luego, me pusieron algo en la nariz, un tipo de anestesia. Apenas recuerdo nada, salvo que el avión aterrizó en alguna parte y volvió a despegar".

Estos son algunos de los horrores que han tenido que padecer durante años -muchos aún están en ese limbo de terror- los supuestos combatientes enemigos que Estados Unidos ha secuestrado y ocultado por medio mundo, como respuesta a los atentados del 11-S, a través de los operativos aéreos y navales de las denominadas rendiciones extraordinarias. Este testimonio en concreto es de Binyam Mohamed, uno de esos supuestos terroristas que permanecen en manos estadounidenses sin acusación formal ni hasta hace muy poco derecho a asistencia legal. Su caso ha sido perfectamente documentado por la organización que ha conseguido contactar con él, la británica Reprieve, que ha realizado una investigación exhaustiva sobre los vuelos ilegales de la CIA.
Amnistía Internacional (AI) también se ha involucrado en este caso y manifestaba en un informe del pasado mes de agosto su honda preocupación por la salud y el bienestar del detenido que ahora se encuentra en Guantánamo. Y más después del anuncio del Gobierno estadounidense de que va a juzgarlo una comisión militar. Según los informes, la salud física y mental de Binyam Mohamed es precaria tras años de reclusión indefinida y tras las torturas y otros tratos crueles, inhumanos o degradantes sufridos en Pakistán, Marruecos, Afganistán y la base de Guantánamo, Cuba.
Binyam Mohamed fue detenido en el aeropuerto de Karachi en abril de 2002 y entregado a la custodia estadounidense tres meses después. En julio de 2002, fue trasladado a Marruecos en un avión inscrito a nombre de la CIA, y allí permaneció recluido sufriendo torturas durante 18 meses. Fue sometido a nuevos abusos tras su traslado a la prisión oscura de Kabul, en Afganistán, en enero de 2004. Después de cinco meses, fue trasladado a la base aérea de Estados Unidos en Bagram, donde de nuevo sufrió malos tratos antes de ser llevado, a mediados de septiembre de 2004, a Guantánamo. Allí permanece desde entonces. En la actualidad se encuentra recluido en régimen de aislamiento en el Campo 5 de la base en suelo cubano.
Cuando la abogada militar de Binyam Mohamed lo vio a finales de mayo de este año, observó que había perdido mucho peso. Apenas había comido nada durante varias semanas. La abogada denunció a Amnistía que a finales de 2007 tuvo noticias de que su defendido había estado embadurnando su celda con heces. Además, Binyam ha dado señales de tendencias suicidas, según AI.
Varios miles de personas en las mismas circunstancias protagonizaron estos traslados que emplearon, entre tantas otras instalaciones europeas, los aeropuertos de Tenerife, gracias como se ha sabido ahora por las revelaciones de El País a la connivencia del Gobierno de Aznar. De hecho, el jet al que se refiere Binyam en su testimonio se cree que puede ser el Gulfstream V, matrícula N379P, que lo trasladó el 21 de julio de 2002 de Islamabad a Rabat, el mismo que hizo tres repostajes en Tenerife Sur. Biryam en concreto no pasó por Tenerife, pero vuelos de esta naturaleza de la CIA sí lo hicieron al menos en siete ocasiones con otros presos o con personal de los servicios de espionaje estadounidenses.
Sin Canarias, como sin las Azores, Baleares y tantos otros puntos de Europa, a la CIA le habría sido imposible poner en marcha las cárceles flotantes. El informe Fava (en alusión a su autor, el europarlamentario socialista Giovanni Fava) ha contabilizado desde 2002 más de 1.200 escalas en suelo europeo de los aparatos empleados, tanto aviones militares como jets adscritos a entidades civiles que actuaban como tapadera de los servicios de espionaje. Tanto Fava como los expertos de las organizaciones de derechos humanos han aclarado que estos operativos no tienen necesariamente que llevar a secuestrados para ser irregulares y susceptibles de una investigación. El propio traslado de personal estadounidense a los centros secretos regados por África y Europa del Este, para aprovechar la opacidad de estos países y realizar los interrogatorios y los abusos, es ya de por sí materia de denuncia. El Convenio de Defensa entre España y EE UU, por ejemplo, ampara estas operaciones secretas siempre que cuenten con el beneplácito español. Y Aznar lo dio.
Las siete escalas constatadas en el Reino Sofía y Los Rodeos, de Tenerife, descubiertas en el año 2005 por La Opinión de Tenerife, se enmarcan en esta tenebrosa maraña. En al menos una existen informes que apuntan a la presencia de secuestrados maniatados como Binyam: Guantánamo-Tenerife Norte-Constanza-Bucarest (Rumanía) del 12 de abril de 2004. El Gobierno estadounidense lo niega, pero como lo ha hecho con los otros casos denunciados. Pero hay otras escalas que pasaron por Tenerife altamente sospechosas, relacionadas con las torturas practicadas por agentes estadounidenses en Temara, a 15 kilómetros de Rabat, donde está la sede de la DST, el cuerpo de la policía secreta marroquí. En Temara estuvo retenido Biryam y decenas más de supuestos terroristas que fueron llevados hasta allí desde Guantánamo y otros centros de retención, gracias a la colaboración entre los gobiernos de Rabat y Washington.
El otro repostaje en Tenerife, que ha pasado desapercibido hasta ahora pero bien documentado por Reprieve, es el que protagonizó otro jet, un Gulfstream IV matrícula N85VM. Entre el 31 de julio y el 3 de agosto de 2004, este jet realizó la ruta Santa María (Azores)-Guantánamo-Rabat-Tenerife Sur-Guantánamo-Rabat-Tenerife Sur-Washington. Se trata del segundo operativo que enlaza los traslados desde Guantánamo con Tenerife y el que registra la parada más larga en suelo canario. El reactor, arrendado por una empresa (Richmor Aviation) identificada por el informe Fava como contratista de la CIA y del Ejército estadounidense, aterrizó en el Reina Sofía procedente de Guantánamo y Rabat el 2 de agosto de 2004 a las 00.20 horas y partió hacia Dulles, Washington, a las 07.56 horas del día siguiente, 3 de agosto. Fueron más de siete horas, cuando las otras seis escalas fueron de repostajes y no duraron más de 90 minutos. Pero, ¿qué ocurrió en esas siete horas?
Fuentes oficiales de las autoridades aeroportuarias tinerfeñas confirmaban en abril de 2005 a La Opinión de Tenerife que dos personas sin identificar se subieron a aquel aparato en el Reina Sofía. Este hecho confirmaría los informes de la organización Reprieve elevados a la Audiencia Nacional, en el marco de las investigaciones judiciales, que han localizado llamadas de supuestos agentes de la CIA realizadas desde instalaciones hoteleras en el sur de Tenerife, así como también desde otros lugares de España como Mallorca, Málaga e Ibiza. Reprieve incluso ha dado nombres verdaderos y las identidades falsas de algunos miembros del espionaje estadounidense que trabajaron en estas cárceles flotantes y llegaron a pasar cortas temporadas en territorio nacional. Esta escala coincide, además, con el traslado desde Guantánamo a Rabat del hombre al que EE UU acusó de ser el lugarteniente de Osama Bin Laden, Abdellah Tabarak, y otros cuatro marroquíes que volaron como Binyam a la tortura.

Los otros vuelos
¿Cómo fueron los operativos? EE UU realizó los traslados de supuestos combatientes, sin acusación ni cobertura legal, por vía marítima y aérea. Los vuelos fueron de dos tipos: con aviones militares y con reactores civiles en manos de empresas tapadera. Estos últimos fueron los que pasaron por Canarias para el desplazamiento de personal de espionaje o para el transporte de prisioneros hacia centros secretos regados por países como Afganistán, Irak, Jordania, Egipto, Libia, Marruecos, Turquía, Uzbekistán, Azerbaiyán, Rumanía, Ghana, Kenia o Guinea Conakry. La Eurocámara ha documentado hasta 1.200 escalas de estos vuelos en territorio europeo, principalmente en España, Irlanda, Chipre, Grecia y Portugal.escalas confirmadas. Las que emplearon aeropuertos canarios fueron 7 y todas en el Reina Sofía o Los Rodeos de Tenerife, según un informe oficial del Ministerio de Asuntos Exteriores español:

- Washington-Reina Sofía-Nairobi (Kenia). 26 de junio de 2003
- Guantánamo-Tenerife Norte-Constanza-Bucarest (Rumanía). 12 de abril de 2004.
- Washington-Reina Sofía-Rabat. 24 de abril de 2004.
- Rabat-Reina Sofía-Washington. 25 de abril de 2004.
- Trípoli (Libia)-Los Rodeos-Washington. 05 de mayo de 2004.
- Santa María (Azores)-Guantánamo-Rabat-Tenerife Sur-Guantánamo-Rabat-Tenerife Sur-Washington. Entre el 31 de julio y el 2 de agosto de 2004.
- Washington-Reina Sofía-Rabat. 30 de septiembre de 2004.

Pero hay más vuelos, de la veintena de aviones asociados a las operaciones de la CIA que hicieron escala en Canarias, según el Informe Fava y las organizaciones Reprieve y Amnistía Internacional. Se trata de bimotores que se movieron entre Azores, Baleares, Canarias y África:

- Oporto-La Palma. 10-12-2003.
- La Palma-Cavo Verde. 12-12-2003.
- Azores-Tenerife Sur. 18-12-2004.
- Tenerife Sur-Gucy (Guinea Conakry). 19-12-2004.
- Palma de Mallorca-Tenerife Sur. 11-05-2005.
- Tenerife Sur-Gucy. 12-05-2005.
-Accra Kotoca (Ghana)-Tenerife Sur. 16-05-2005.
- Tenerife Sur-Lajes (Azores). 17-05-2005.

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