martes, 16 de diciembre de 2008

REMANSOS DE PAZ


El viento, la lluvia.
No sé...
Quizás tu corazón
dolorido.
Algo te deshizo
el semblante:
Siéntate conmigo,
que quiero dibujarlo
de nuevo
para que recuperes
los sueños
de cien noches,
y la sonrisa
que dejó de ser
lo que era.
Amanecerá
mientras te alegras
minuto a minuto,
luz a luz,
en soplos de realismo
leves y puros.
No te engañes:
no soy un ejemplo,
ni nada significativo.
Te defraudaré a veces,
como lo hago
conmigo mismo,
pero quiero
ofrecerte el milagro
de calmar tormentas,
y crear remansos de paz
en el corazón y la razón.

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