viernes, 26 de septiembre de 2008

COSECHA


Es tiempo de recolección,
aquél día prendió
un bello sentimiento
cuando llegaste
hasta mis campos:
Los encontraste listos
para la siembra
y cayó una semilla
que fecundó tu alma desnuda.
Y ahora espero
con infinita impaciencia
que pronto llegue el día
en que pueda hacer de tu sombra
mi espacio preferido.
De ese árbol de las delicias
desgranaré besos
dulcemente recurrentes,
limpiaré caricias
ferozmente embriagadoras;
tus suaves frutos
mostrarán sin falsos pudores
las pulpas del deseo,
y poblarán las tardes de mi alma
de aromas de otoño.
Quizás corramos el peligro
de que los fríos del invierno
llenen de escarcha
esta sorprendente siembra
y no haya seguro que la cubra;
pero nada podrá borrar
las huellas de la fecunda
cosecha recogida.

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