Se encontraron. Se miraron indecisos, sin saber qué decirse, porque en realidad lo desconocían practicamente todo el uno del otro... Pero sobraron las palabras cuando la primera caricia voló por el aire. En ese momento se reconocieron a si mismos: Cada uno era desde hacía mucho tiempo el protagonista principal de los sueños del otro.
1 comentario:
Enhorabuena, se me ha puesto la piel de gallina.
(he vuelto! ^^)
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