domingo, 6 de julio de 2008

AGONÍAS Y CEGUERAS


Si en la corteza de un árbol
nos emociona como florece la vida.
Si hacemos planes
para viajar más allá de las estrellas.
Si en un puñado de tierra
percibimos el alma del planeta.
Si en una gota de agua
observamos la plenitud de la vida...

¿Por qué esta ceguera despiadada
con que apagamos las esperanzas
de la mayor parte
de los pueblos del mundo?

¿Qué somos como especie,
si la riqueza de unos pocos sobrevive
dándole la espalda al sufrimiento
de la inmensa mayoría?

Nos hemos convertido en cómplices
del delito de asesinar la esperanza.
Apagamos las luces del corazón
para no reparar en la agonía
de dos terceras partes de la humanidad.

Les acusamos de venir a robarnos
nuestras mezquinas opulencias
cuando seguimos apropiándonos
sin pudor alguno de su patrimonio.

Hablamos de globalización
sólo para beneficiar nuestra economía:
Se trata de proteger nuestros excesos,
mientras impedimos la libre distribución
de sus exiguos recursos.

Les acusamos de irracionalidad
cuando se matan entre ellos
con las armas que el comercio de la muerte
les facilita con absoluta desvergüenza.

Si este es el futuro,
que paren el tren de La Modernidad:
Prefiero tener las alforjas vacías
y llenar de solidaridad la conciencia.

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