domingo, 8 de junio de 2008

CUERPOS


Se miran, desafiantes y sudorosos. La confrontación en que se hallan sumergidos parece eternizarse. Necesitan una pausa para tomar aire. Aprovechan para estudiarse, captar las debilidades del otro. Vuelven a la carga, se cruzan, se rozan, se abrazan los torsos desnudos... Se dicen cosas al oído. No paran de moverse, no hay lugar para el descanso, pues el clímax está en ascenso. Ninguno se plantea tirar la toalla, teniendo delante al otro, sus ojos y su cuerpo retadores. Avidez, codicia y frenesí son los ingredientes, en una danza de cuerpos que parecen construidos para ese acto de hermosa violencia...
Todo acaba bruscamente cuando suena la campana. El combate ha acabado. Los boxeadores se retiran a su rincón, a la espera del veredicto de los jueces.

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