domingo, 4 de mayo de 2008

ELEGÍA A UN TÉ ROJO


Sé que esperas con paciencia
el instante del encuentro
en la soledad de tu encierro,
hasta que llegue el momento
en que reclame tu presencia.
Aguardas, aunque sepas

que en determinadas ocasiones
consiento que otros sabores
invadan con sus aromas
la taza que siempre ocupas.
Pero tu corazón vegetal
conoce de mi fidelidad,
y que siempre vuelvo
a nuestro indeleble encuentro
a determinada hora de la tarde,
buscando el sabor inigualable
que sabes dejar en mi boca
cuando me acaricias sutilmente
el paladar y la garganta.

Ceremonia solitaria o compartida,
para beberte con deleite
en sorbitos ardientes y excitantes,
pasión que sublima exotismo
y descubre el placer de saborear
los más sorprendentes misterios.

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