Odio a los optimistas: El próximo que asome el hocico se la carga. Hace poco más de un mes arranqué el buzón de casa, apagué el móvil, atranqué la puerta y me aislé, harto de todo. Ayer decidí reconciliarme con el mundo y volví a la vida para encontrarme con que nadie me había echado en falta. Que asco de existencia...
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