Era esta una película necesaria, porque el cine no podía permanecer indiferente ante una de las mayores vergüenzas de la política internacional en la actualidad. Hablamos de los secuestros ilegales de sospechosos de terrorismo que está realizando la CIA para trasladarlos a centros de detención de países del llamado tercer mundo. Una vez allí serán sometidos a todo tipo de vejaciones en los correspondientes interrogatorios, siendo moneda corriente la tortura. Todo con el pretexto de la guerra internacional contra el terrorismo como fondo. Un escándalo que se ejecuta con la complicidad de numerosos gobiernos, que han decidido “mirar hacia otro lado” ante las escalas que esos aviones de la ignominia realizan en sus respectivos aeropuertos.
La trama de la película se desarrolla en dos escenarios distintos: Por un lado, en un indeterminado país del norte de África donde se produce un atentado con bomba reivindicado por una célula integrista musulmana que produce numerosas víctimas, entre las que se encuentra un cargo de la CIA. Por otro, en Estados Unidos, donde se nos muestra las consecuencias de la impunidad de que gozan las autoridades para tomar decisiones ilegales, supuestamente para combatir el terrorismo.
En este caso las sospechas recaen en un ejemplar ciudadano de origen egipcio, que lleva viviendo 20 años en USA, universitario, con un trabajo bien remunerado, casado con una norteamericana, con un hijo y otro en camino. La Directora de la División de Antiterrorismo de la CIA da la orden de secuestrarle y trasladarlo al país donde se produjo el atentado, para que sus responsables policiales realicen el trabajo sucio de intentar sacarle toda la información posible.
En estados Unidos se conoce esa práctica como “La Rendición Extraordinaria”, que permite el secuestro de ciudadanos extranjeros en cualquier lugar del mundo, si son considerados una amenaza para la seguridad nacional, para ser interrogados en prisiones de países terceros. Son personas sin una acusación determinada, sin posibilidad de defensa legal alguna y que no disponen de recursos judiciales en el caso de haberse vistos sometidos a torturas. Otro aspecto no menos dramático es la situación de los familiares, que no reciben información de la situación de los presos, que a todos los efectos se consideran como desaparecidos.
El guión no renuncia en absoluto a mostrar todos estos aspectos de la cuestión, muy al contrario. El debate está al cabo de la calle: Se trata de elegir entre seguridad y derechos, cuestiones que el gobierno estadounidense actual considera antagónicos. Y han de ser los propios personajes implicados los que con sus decisiones personales, que posiblemente afectarán al resto de sus vidas, habrán de buscar algo de luz al final del túnel.
Tampoco hace dejación el film de mostrar el drama que supone el terrorismo islamista para los propios países musulmanes. Una guerra larvada que está llevando a la población a un nivel de sufrimiento difícilmente superable. Algo que es de agradecer, porque lo que es una actividad ocasional en Occidente, que evidentemente ha ocasionado víctimas, allí es moneda corriente y supone una sangría humana y social verdaderamente terrorífica.
En suma: Una película valiente, con un magnífico guión, aprovechado al límite por un montaje que sabe engarzar estupendamente las diversas historias secundarias que alimentan la principal, excelentemente rodada y con un final realmente sorprendente. Sabe mantener la intriga del espectador, y lo más importante, consigue dejar muchas cosas en las que pensar una vez que se encienden de nuevo las luces de la sala. Indispensable, dados los tiempos que corren.
Ficha Técnica:
Título original: Rendition
Dirección: Gavin Hood.
País: USA/Sudáfrica
Año: 2007.
Género: Drama, thriller
Intérpretes: Jake Gyllenhaal, Reese Witherspoon, Peter Sarsgaard, Meryl Streep, Omar Metwally, Igal Naor.
Fecha de estreno en España: 18/04/2008
La trama de la película se desarrolla en dos escenarios distintos: Por un lado, en un indeterminado país del norte de África donde se produce un atentado con bomba reivindicado por una célula integrista musulmana que produce numerosas víctimas, entre las que se encuentra un cargo de la CIA. Por otro, en Estados Unidos, donde se nos muestra las consecuencias de la impunidad de que gozan las autoridades para tomar decisiones ilegales, supuestamente para combatir el terrorismo.
En este caso las sospechas recaen en un ejemplar ciudadano de origen egipcio, que lleva viviendo 20 años en USA, universitario, con un trabajo bien remunerado, casado con una norteamericana, con un hijo y otro en camino. La Directora de la División de Antiterrorismo de la CIA da la orden de secuestrarle y trasladarlo al país donde se produjo el atentado, para que sus responsables policiales realicen el trabajo sucio de intentar sacarle toda la información posible.
En estados Unidos se conoce esa práctica como “La Rendición Extraordinaria”, que permite el secuestro de ciudadanos extranjeros en cualquier lugar del mundo, si son considerados una amenaza para la seguridad nacional, para ser interrogados en prisiones de países terceros. Son personas sin una acusación determinada, sin posibilidad de defensa legal alguna y que no disponen de recursos judiciales en el caso de haberse vistos sometidos a torturas. Otro aspecto no menos dramático es la situación de los familiares, que no reciben información de la situación de los presos, que a todos los efectos se consideran como desaparecidos.
El guión no renuncia en absoluto a mostrar todos estos aspectos de la cuestión, muy al contrario. El debate está al cabo de la calle: Se trata de elegir entre seguridad y derechos, cuestiones que el gobierno estadounidense actual considera antagónicos. Y han de ser los propios personajes implicados los que con sus decisiones personales, que posiblemente afectarán al resto de sus vidas, habrán de buscar algo de luz al final del túnel.
Tampoco hace dejación el film de mostrar el drama que supone el terrorismo islamista para los propios países musulmanes. Una guerra larvada que está llevando a la población a un nivel de sufrimiento difícilmente superable. Algo que es de agradecer, porque lo que es una actividad ocasional en Occidente, que evidentemente ha ocasionado víctimas, allí es moneda corriente y supone una sangría humana y social verdaderamente terrorífica.
En suma: Una película valiente, con un magnífico guión, aprovechado al límite por un montaje que sabe engarzar estupendamente las diversas historias secundarias que alimentan la principal, excelentemente rodada y con un final realmente sorprendente. Sabe mantener la intriga del espectador, y lo más importante, consigue dejar muchas cosas en las que pensar una vez que se encienden de nuevo las luces de la sala. Indispensable, dados los tiempos que corren.
Ficha Técnica:
Título original: Rendition
Dirección: Gavin Hood.
País: USA/Sudáfrica
Año: 2007.
Género: Drama, thriller
Intérpretes: Jake Gyllenhaal, Reese Witherspoon, Peter Sarsgaard, Meryl Streep, Omar Metwally, Igal Naor.
Fecha de estreno en España: 18/04/2008
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