domingo, 9 de marzo de 2008

PALABRAS DE LUTO


No consiento en escucharlas,
me niego a leer esos mensajes:
palabras pronunciadas por verdugos,
que inmolan sin piedad alguna
la verdad y la inteligencia.
Palabras que son estigmas,
llagas que hacen sangrar
los diccionarios y las emociones.
Siento hastío de esos sonidos
y las señales que trasmiten.
Palabras escritas con indiferencia,
nacidas en la frialdad de una reunión,
grabadas en la mente enajenada
de unos supuestos libertadores,
individuos que para nuestro bien,
deberían olvidar el alfabeto.
Palabras llenas de peligros,
que pretenden incitar los miedos,
encumbrar los bajos instintos
y reprimir cualquier atisbo de cordura.
Son el primer paso para la indignidad,
y llevan en su significado más profundo
la más aterradora maldad del hombre.
Palabras que encarnan sufrimiento,
esparcen sus espinas por el aire
hasta clavarse sin piedad en los sueños
de los inocentes del universo.
Palabras para alentar diferencias,
entumecer conciencias y escrúpulos
justificar injusticias e inmoralidades.
Palabras que significan perfidia,
una infame traición al humanismo,
que son lanzadas a los vientos
como bombas de efecto retardado
o disparos que señalan a un inocente,
en nombre de la libertad que desprecian
y a la que alevosamente asesinan.

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