domingo, 2 de marzo de 2008


Contemplas con amor
la belleza rotunda
de una rosa que pone
peculiaridades amarillas
en tu mano,
mientras ella agradece
esa tierna mirada
absorbiendo los desánimos
que te afligen a veces.
Por eso concentras la mirada
y le trasladas con fuerza
el conjunto de preocupaciones,
desasosiegos, inquietudes,
y sentimientos de inseguridad
que te usurpan el aliento;
para transformarlos
en belleza y perfume.
Sus pétalos absorben, generosa,
lo que impide que en tu vida
florezcan las sonrisas...
te los devuelve en aromas,
delicias que inspiras
con los ojos cerrados
y una sonrisa redentora,
dejando libres tus sueños,
revelándote una huella
de frescor en los ojos,
y un surco de serenidad
en el espíritu.

1 comentario:

CRO dijo...

Rosa amarilla :) ... cuanto placer... que mas puedo decir aqui?