jueves, 20 de diciembre de 2007

APOSTASÍAS

Imagen: "Squared minded", óleo de Mª José Fernández (Maluk)
Los dioses acopian siglos de silencios,
puede que miren hacia otra parte,
o simplemente ni siquiera existan.
Esa es la verdad de su proceder,
aunque los haya que argumenten
que guardan la esencia de la vida,
confundiendo la solemnidad del ahora.

Pero si verdaderamente existieran
decidieron no responder las plegarias
y nos dejaron en el filo de la navaja.
Así que decidí su despido fulminante,
deslindé mi alma de la pila bautismal
para volar liberado de ídolos de barro,
y de las tiranías morales de sus fieles
que pretenden convertirnos en sombras,
mansos corderos en la paciente mirada
de una hueca promesa de eternidad,
o atroces justicieros de un único dogma.
Ética y moral no han de estar selladas
por razones bastante más terrenales
de lo que sus intermediarios expresan.

Por ese conjunto de desatinos afirmo
que Dios no es mi mentor, ni mi modelo,
y sostengo que tampoco soy su espejo:
estoy forjado a imagen y semejanza
de mi mismo y los que me importan.

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