viernes, 26 de octubre de 2007

PENSAMIENTOS

No reconozco otro símbolo
que el de una paloma blanca
a la que nunca han permitido
volar libre y abandonar el nido.

No admito otra patria
que el destello de energía y vida
que una mujer lleva consigo
en los aledaños de su ombligo.

No creo en otra bandera
que la ternura descubierta un día
cuando enjuagué las lágrimas
que derramaste estando conmigo.

No concibo otra moral
que el goce de nuestra existencia,
el derecho a la felicidad de cada uno,
mientras sienta que aún está vivo.

No imagino mejor nación
que la solidaridad entre los personas:
las sociedades siempre se enriquecen,
porque la diversidad amplía el colorido.

Así que ya pueden ingeniar discursos
elevar proclamas, firmar acuerdos,
dictaminar leyes, inventar campañas...
Mi elección hace tiempo que esta hecha,
y sé perfectamente quién es el enemigo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Es verdad, son palabras (patria, bandera, moral, nación...) que según quien las use o como las usen te pueden resultar hasta ofensivas.
Por suerte hay gente que las utiliza de manera diferente, como tu...
Bonito el poema, ¿fruto de algún cabreo?
Genia