viernes, 5 de octubre de 2007

EL PARTIDO


“Parte de víctimas..., emboscada..., afirma un comunicado..., Presidente lamenta... 7 muertos...”

-¡Maldita conexión!- gritó el soldado, mientras le daba un golpe al portátil. – ¡Así no hay manera de enterarse de nada!-
-¿Pero vas o jugar o qué?- Preguntó su compañero, mientras barajaba las cartas –Total, qué mas da lo que diga Bush. Para lo que le importa a nadie lo que pasa en este maldito agujero... Ahora soltará las cuatro frases de rigor para mostrar la inmensa pena por lo ocurrido, y a otra cosa. Recuerda que, al fin y al cabo, dicen que somos los defensores de la libertad-.
- No me distraigas, que estoy intentando arreglarlo- dijo el primero.
-Menudo fantoche: Tuvo la cara dura de acercarse a un portaviones para decir que la guerra había acabado, nos mandan aquí por un mes, y ya llevamos año y medio. A saber cuando regresamos a casa. Estoy harto.-
- Hoy estás de mal humor. No te pongas demasiado cínico, que algún retrasado mental te puede acusar de traición. Igual si arreglo esto... –
-¿Y cómo quieres que esté? Nos dicen que iban a recibirnos como libertadores, y nos meten de cabeza en un infierno. ¿Todo esto para qué? Seguro que más de uno se habrá llenado de pasta los bolsillos. ¿Cuantos hemos de palmarla para que decidan sacarnos de aquí? Y luego, esos malditos mercenarios de la seguridad privada, moviéndose por todos lados con el gatillo fácil, haciendo lo que les viene en gana. Y este insoportable calor, las miradas de odio de la gente, sin saber nunca dónde estará el verdadero enemigo. Siempre encerrados en la base, saliendo sólo para las patrullas. Así un día y otro. ¿No lo hueles? Todo esto apesta. Un inmenso estercolero, eso es lo que es.
-¡Ahora...! ¡Tenemos conexión! Menos mal. Hoy ponen el partido de los Nicks...
- ¡Oye, me había olvidado! Ya decía yo que era sospechoso tanto interés tuyo con ese trasto. Al menos, esa panda de inútiles que tienes por equipo ha asumido que nunca ganarán nada. Ya podrían aprender otros...
- Y que lo digas, tío... Si se enterasen que lo he dicho, mis colegas del barrio me colgarían de un árbol de Central Park al volver (si es que no regreso con los pies por delante). Pero en las condiciones en que estamos, ver el desastre de los Nicks es un gran consuelo.
-En fin. Que sería de nosotros sin un poco de basket de vez en cuando...

Los dos soldados se miraron, chocaron las palmas de las manos en un gesto característico, y entre risotadas se dispusieron a disfrutar del partido.

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