miércoles, 19 de septiembre de 2007

MEMORIA HISTÓRICA


Aquí, donde tanto presumimos
de demócratas,
hemos aprendido bien
a llenar la conciencia
de falsas miradas a la historia,
decidimos olvidarnos,
no mirar al inmediato pasado,
pretendiendo un futuro
de reconciliación.
No tuvimos en cuenta
las tumbas anónimas,
los huesos esparcidos,
los fusilados a la vera
de cualquier remoto camino.
No cuantificamos las balas,
ni nos importaron
el dolor y el ultraje
que las familias soportaron
durante años.
Borramos su memoria
de las calles y las plazas,
y en su lugar figuran
los nombres de los asesinos.
Cómo explicar a los jóvenes
las terribles consecuencias
y la crueldad del fascismo,
si el paso de los años
nos ha borrado
la memoria y la vergüenza.
La palabra democracia
seguirá rota y sin sentido,
hasta que tengamos la decencia
de recuperar esos restos,
y honrar a los que murieron
defendiendo lo que ella representa.

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