lunes, 27 de agosto de 2007

LA SESIÓN GOLFA


Viernes noche... Como todas las semanas se acercó a la taquilla del cine con un sabor especial en la boca y aquella excitación subiendo desde el vientre. Esperó a que ella comprase su entrada y lo más discretamente que pudo, confundido en las sombras, la vio adentrarse en la sala donde proyectaban la película que había elegido. Si existieran las diosas del amor, envidiarían su maravillosa forma de moverse, el aura de sensualidad salvaje que transmitía.
Compró rápidamente su entrada, esperó a que se apagasen las luces de la sala y accedió a su asiento cuando comenzaba a iluminarse la pantalla. Estaba sentada donde siempre. La miró tan intensamente que temió que llegase a notar la huella de sus ojos en la piel. Disfrutaba contemplando su perfil y estaba atento a cualquier movimiento que hiciera, como cuando enredaba tan graciosamente un dedo en su cabello cuando se encontraba ensimismada. Una luz tenue iluminaba su rostro y cuando abría alguna vez los labios, parecía que todas las pasiones se concentrasen en ellos...
Mientras los actores se movían en la pantalla, él se imaginaba sentado a su lado acariciando ligeramente su brazo y la veía con un botón de la delicada blusa estratégicamente desabrochado y parte de sus muslos asomando por debajo de la corta falda. Después de tanto tiempo acompañándola en aquellas proyecciones de los viernes, había tomado cuerpo en su mente y la imaginaba mujer hambrienta de caricias, una delicia sensual que lograría colmar los deseos más ocultos de cualquier hombre.
Al acabar la sesión nunca la seguía. Acababa también allí su hora y media de locura y se dirigía caminando directamente a casa. Tenía prisa y sabía que lo esperaban.

-Por fin has llegado- le recibió su mujer. -¿Todo bien?, preguntó con una sonrisa impaciente en los ojos.

-Como siempre. Ya sabes lo que disfruto en el cine- contestó, mientras se acercaba lentamente. -Lástima que no esté más cerca para llegar enseguida a casa. Pero da igual, ya estoy aquí-

Se besaron con ansia y fue en esos justos momentos cuando dio comienzo la verdadera, auténtica y genuina sesión golfa de los viernes...

No hay comentarios: