sábado, 9 de junio de 2007

ASTRONAUTAS


Iba a ser el primer cosmonauta que pisara la Estación Internacional después del desastre. Dentro esperaban los cuerpos sin vida de dos compañeros. Dos nuevas bajas en los esfuerzos del ser humano por dominar la tecnología que le llevase a los viajes interplanetarios. El trasbordador se había acoplado perfectamente a una de las compuertas que daban acceso a la Estación. Abrió las escotillas, entró con precaución y avanzó, comprobando el buen estado de funcionamiento de los aparatos. Afuera, los demás compañeros esperaban protegidos en la nave, hasta que él comprobara que todo estaba en orden y había pasado el peligro. Los datos previos así lo indicaban, pero dadas las circunstancias no estaba de más reducir los riesgos al mínimo.
Se deslizaba con breves impulsos, aprovechando la falta de gravedad. Cuando comprobó que el aire volvía a ser respirable se desprendió del traje espacial para facilitar los movimientos, antes de entrar en la sala principal. Al asomarse, los vio allí, flotando suavemente, sin moverse, sin vida... Los conocía bien. Eran compañeros de siempre, que con el paso del tiempo pasaron a ser amigos. En la base formaban una estrecha comunidad. Andaban siempre juntos, ya fuese en el trabajo o en el tiempo libre. Sus familias se relacionaban, se ayudaron mutuamente a recorrer el largo camino que les condujo al espacio. No pudo evitar que un par de lágrimas brotasen de sus ojos y quedaran suspendidas en el aire como dos esferas líquidas, húmedo símbolo de la tristeza. Hizo un esfuerzo por recuperarse y con presteza se puso a reparar el sistema gravitatorio. Era el último paso antes de que se les diera permiso de acceso a la estación a los demás. Sería entonces cuando habría tiempo para ocuparse de los muertos, de expresar los sentimientos, conectar con los familiares que esperaban en tierra y cumplir con el rito que todos los astronautas exigían en sus contratos si fallecían en el transcurso de una misión, porque ninguno deseaba volver en el caso de que una cosa así sucediese: Preferían que la inmensidad del espacio fuese su tumba.

No hay comentarios: