MUEREN

Ellos mueren,
mientras sus jefes pasan notas de prensa,
envían telegramas a sus casas,
dan el acostumbrado pésame a las familias
y tratan de ocultar el regreso de los cadáveres.
Pero ellos mueren
en campos que no son suyos,
en calles con nombres extraños,
sobre un suelo desconocido,
sintiendo en sus carnes el odio de la gente,
repudiando las mentiras de los que los enviaron,
asombrados por el sinsentido de su sacrificio.

Algunos sólo caerán heridos,
y en su regreso descubrirán con amargura
que son abandonados a su suerte.
Mientras..., leen sus cartas, bromean,
escuchan música o se aburren
hasta que la vida se les acaba.
Si duran lo suficiente,
puede que hasta les den una medalla:
Los mismos que son capaces de decir
que las bajas son pocas,
las operaciones militares un éxito,
y les han proporcionado mapas,
les designan objetivos imposibles.

Mueren, pero también han disparado,
lanzaron bombas, mataron a su vez a otros.
Pero no es el morir, todos morimos:
Es conocer por lo que matan,
saber la verdadera razón por la qué mueren.